viernes, 9 de noviembre de 2012

Somos dos desconocidos que nos conocemos muy bien.


¿Sabes una cosa? No te voy a negar que derramé unas cuantas lágrimas por ti, pero me he dado cuenta con el paso del tiempo que nada en este mundo merece una de mis lágrimas. Nada, te lo aseguro. No todo sale bien, pero de los errores que se comete se aprende. El que se va sin ser echado volverá sin ser llamado, lo tengo claro. Ahora mismo somos como desconocidos pero en realidad nos conocemos muy bien. Me da pena si te soy sincera, que haya acabado así pero no hay marcha atrás. Ahora eres un libro ya cerrado y a pesar de lo que la gente pueda pensar o decir, yo sé que lo eres. No necesito más argumentos y no tengo que dar explicaciones a nadie. Recuerdos que no serán olvidados, miradas que quedarán en la memoria, palabras, abrazos, sonrisas... Todo quedará en ese libro cerrado que nunca más volveré a abrir, lo tiraré al inmenso mar para que se quede en el gran y oscuro fondo de mi vida.